El primer trabajo de Jensen Huang fue el de camarero en la cadena Denny's. Debe guardar un sitio especial en su corazón para dichos restaurantes, porque en 1993,
sentado en la mesa de uno de ellos, creó NVIDIA. Aquel chaval que lavaba platos es hoy el CEO de la empresa con la mayor capitalización de mercado de la historia.
NVIDIA superó esta semana los cinco billones de dólares de capitalización bursátil. Es una cifra tan absurda que para ponerla en contexto hay que hacer comparaciones igual de absurdas. Por ejemplo: la empresa vale tanto que
solo dos países la superan en PIB. Uno es Estados Unidos. El otro, China. Alemania está
más o menos al mismo nivel, pero más allá de eso, la empresa de Huang está a otro nivel.
Y todo, por supuesto es gracias a esa apuesta que NVIDIA hizo al creer que
las GPUs podían servir para algo más que para jugar. El lanzamiento de ChatGPT lo cambió todo para OpenAI, pero desde luego también para esta empresa, que se convirtió en la gran fábrica de chips de IA especializados.
Desde entonces su marcha ha sido triunfal y absolutamente imperial, y en los últimos tiempos,
lejos de relajarse, está firmando
alianzas lógicas (y otras
mucho más curiosas) para reforzar una posición que es histórica y apabullante. Ninguna otra empresa ha tenido jamás tanto poder en el plano económico, y por mucho que eso nos fascine, nos deja una idea inquietante.
La de qué pasa
si la burbuja de la IA explota. Uf. Mejor ni pensarlo, queridos lectores. Mejor ni pensarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario